La palabra que se traduce “evangelista” en el Nuevo Testamento es un sustantivo tomado del verbo euangelizomai, ‘anunciar noticias’, y generalmente se traduce como “predicar el evangelio”. El verbo es muy común en el Nuevo Testamento, y se aplica a Dios (Gálatas 3:8), a nuestro Señor (Lucas 20:1), a los miembros ordinarios de la iglesia (Hechos 8:4), como también a los apóstoles en sus viajes misioneros. El sustantivo “evangelista” aparece tres veces solamente en el Nuevo Testamento.
- En nuestro texto – 2 Tim 4:5
- En el pasaje que vimos poco antes – Ef 4:11
- En el pasaje en donde hemos visto que Felipe era un evangelista Hech 21:8
- El cual predicó a Cristo a los samaritanos – Hech 8:4-5,12
- El cual predicó a Jesús al eunuco etíope – Hech 8:35
Pablo exhorta a Timoteo a hacer la obra de evangelista (2 Timoteo 4:5); es decir, a hacer conocer los hechos del evangelio. Timoteo había acompañado al apóstol en sus viajes misioneros. Pero resulta claro (por los mandatos que le dio en las dos cartas que le dirigió) que su tarea, cuando el apóstol escribía, era mayormente local y pastoral”. Desde este punto de vista podemos decir que el evangelista, lleva intrínsecamente el trabajo pastoral o viceversa, el pastor realiza el trabajo de evangelista. El que se le indique que debe hacer la obra de evangelista demuestra que el que era evangelista podía también ser pastor y maestro.
En Hechos 21:8 se describe a Felipe como “el evangelista”. Felipe había sido elegido como uno de los “siete” en Hechos 6, y después de la persecución de Esteban ocupó un lugar prominente en la predicación del evangelio en zonas no evangelizadas ( por ejemplo Hechos 8:5, 12, 35, 40). Si bien era evangelista, no fue incluido entre los apóstoles (Hechos 8:14). Se hace una distinción semejante entre Timoteo y los apóstoles en 2 Corintios 1:1 y Colosenses 1:1. Se verá, entonces, que si bien los apóstoles eran evangelistas, no todos los evangelistas eran apóstoles.
Esta distinción se confirma en Efesios 4:11, donde la función de “evangelista” se menciona después de la de “apóstol” y “profeta”, y antes de la de “pastor” y “maestro”. De este pasaje resulta claro que el don de evangelista era un don distintivo dentro de la iglesia cristiana; y si bien todos los cristianos indudablemente cumplían esta sagrada tarea, en tanto que se les presentaba la oportunidad, había algunos que fueron preeminentemente llamados y capacitados por el Espíritu Santo para dicha tarea.
Requisitos Para El Evangelista
- El Evangelista debe ser un Líder-Siervo: Ejercer liderazgo pero con corazón de servicio para la iglesia.
- El evangelista debe comunicar en forma efectiva la palabra de Dios
- El evangelista debe depender del Espíritu Santo
- El evangelista debe permanecer fiel ante un mundo hostil, que le estará asediando con tentaciones, burlas, ofensas y otras artimañas del enemigo.
- El evangelista debe proclamar que Jesucristo como el único camino y la salvación para el ser humano
- El evangelista debe tener una estrategia para la cosecha
- El mensaje del evangelista debe ser Bíblico (basado en la Biblia)
- La Vida Interior del Evangelista, debe ser una vida de comunión con Dios que se refleje en sus acciones.
Desde un punto de vista bíblico el evangelista debe cumplir con las siguientes funciones:
- Anunciar el evangelio, Hechos 13:32.
- Enseñar, 1 Timoteo 4:13.
- Hablar con denuedo, Hechos 9:29; 13:46.
- Exhortar, Hechos 2:40; 11:23; 1 Timoteo 4:13.
- Amonestar, Colosenses 1:28; 1 Tes. 5:14.
- Rogar, 2 Cor. 5:20; Efes. 4:1.
- Disputar, Hech. 9:29.
- Contender, Judas 3 (pero recuérdese Rom. 14:1).
- Discutir, Hech. 17:2, 17; 18:19
- Responder, 1 Cor. 9:3; Fil. 1:16
- Redargüir, 2 Tim. 4:2; Mat. 18:15
- Convencer, Tito 1:9.
- Tapar bocas, Tito 1:13.
- Mandar, 1 Tim. 1:3.
- Desechar, 2 Tim. 2:23; Tito 3:10.
- Anunciar todo el consejo de Dios, Hech. 20:20, 27.
CÓMO EMPEZAR UN MINISTERIO DE EVANGELISMO
El trabajo del evangelista es vital para el ánimo y crecimiento de la iglesia. El ministerio de evangelismo tiene pocos límites y se requiere de una persona versátil que pueda hacer muchos tipos de ministerio.
El ministerio de evangelismo tiene sus principios en el establecimiento de la iglesia primitiva, sobre todo en los viajes misioneros del Apóstol Pablo por Asia Menor y Europa. Todavía al mencionar a un evangelista nos llega a la mente una persona que viaja mucho y predica en diferentes iglesias. Aunque es cierto, el mismo caso de Pablo, es un ejemplo de un ministro de Dios que se detuvo en muchos lugares donde evangelizaba hasta poder establecer una iglesia. En Filipo duró unos escasos tres meses, mientras que en Éfeso dos años.
O sea, el evangelista también necesita estar atento a la dirección de Dios, para saber cómo emplear mejor su tiempo. Una persona tan hábil e inquieta puede estar distraída en mucha actividad. Según el dicho, “El que mucho abarca, poco aprieta.” El evangelista, aunque no tenga que dar cuentas por su trabajo ante una congregación, como lo hace un pastor, de todas maneras es responsable delante de Dios por su ministerio y sus logros. Consideremos algunos ministerios del evangelista.
El predicador invitado: Hemos oído al pastor de la iglesia anunciar que va a ver un “avivamiento” y que viene el evangelista a predicar una serie de sermones especiales, sobre todo de salvación. La llegada del evangelista es motivo de mucha actividad en la iglesia, sobre todo de parte de los miembros para invitar a sus amigos y familiares a los cultos, con la esperanza de que vengan a conocer a Cristo. El avivamiento sirve para la salvación de muchas almas, pero también para animar a los creyentes a llevar una vida más entregada a Dios en santidad y gratitud por sus muchas bendiciones.
Evangelismo personal: Aunque el trabajo principal durante ese tiempo es predicar unos sermones especiales, de motivación, con muchas ilustraciones de la vida real, y sobre todo con un llamamiento al arrepentimiento, el evangelista hace mucho más. También tiene que ser apto en el evangelismo personal. El pastor le va a invitar a visitar con él algunos casos, como al esposo inconverso de una hermana en la iglesia, o a un joven drogadicto, por los cuales la iglesia lleva tiempo orando. Va a ver oportunidad de orar con los hermanos en sus hogares, de advertir a los jóvenes de los peligros de este mundo, etc. En breve, el evangelista tiene que saber cómo guiar a una persona a Cristo, según las circunstancias presentadas.
Ministerio de folletos: No todo el mundo está dispuesto a entrar en una iglesia y oír una predicación, ni tomar tiempo de platicar con el evangelista, pero a bajo costo se puede entregar cientos de folletos en un lugar público como en un parque o plaza, afuera de un hospital o cárcel, o en la central de camiones. En cualquier lugar en donde pasa la gente es un buen lugar para la distribución de los folletos. No se preocupe usted si la gente lee o no el folleto, es trabajo del Espíritu Santo, pero en el momento de recibir el folleto pensaron en Dios. Y, sí, muchos si se han entregado a Cristo después de leer un folleto. Si uno no es experto en la predicación, cada vez que se entrega un folleto, es igual que si predicara. En una tarde se puede predicar un sermón a decenas de personas que aceptaron recibir el folleto. El que entrega folletos es un evangelista. También, después de hablar con alguien de Cristo, es siempre bueno dejarle un folleto para que sigua reflexionando sobre Dios a solas, y que tenga a mano un número de la iglesia en que pueda contactar con usted.
Ministerio de películas: Otra forma de ministrar sin tener que predicar es pasar películas cristianas en lugares públicos, ferias del pueblo, etc. Hay un gasto en conseguir las películas, la pantalla y el proyector, pero al proyectarlas en iglesias, muchas veces se podrá recibir una ofrenda de amor para sufragar estos gastos.
Ministerio de la calle: Predicar en la calle es un reto difícil que requiere de valor y dedicación. Pero sobre todo se requiere de amor por el pecador y una convicción de que Cristo puede cambiar vidas. Por lo general se predica en las partes más deprimidas de la ciudad, a gente esclava al vicio y a punto de tocar fondo, si no son salvos por Cristo pronto. Si su vida ha sido similar a las de ellos en algún tiempo, y pueden ver que el ser cristiano le ha dado felicidad y propósito en la vida, es posible que acepten su mensaje. No es fácil cambiar una vida, y a veces los milagros toman tiempo, pero si uno les puede demostrar que la Biblia tiene la respuesta a sus problemas, puede haber bendiciones tremendas. Al hacer este ministerio sería bueno poder recomendar a la gente a un ministerio de recuperación, o usted mismo lo puede empezar. Cuando alguien en esta situación se entrega a Cristo necesita que los hermanos en Cristo no se despegen de él, para que no caiga en la tentación y vuelva a su vida pasada.
Ministerio al aire libre, en carpas, o en salones rentados: El evangelista más establecido puede viajar con su equipo dando campañas evangelísticas. Este trabajo se puede hacer independientemente o en cooperación con las iglesias del pueblo. Es un ministerio itinerante, que puede atraer a gente con buena música, películas cristianas y predicación animada.
Radio y televisión: Aunque la radio y la televisión son ministerios costosos de operar, alcanzan a mucha gente. Sin gastar dinero, usted puede aceptar invitaciones para estar en un programa religioso o secular y hablar de algún tema candente. Algunos ministerios de radio y televisión establecidos aceptan poner programas religiosos gratis si están bien hechos.
El internet: Es una forma para alcanzar a mucha gente sin gastar mucho dinero, aunque cuesta más de lo que parece. Para tener éxito, o sea llegar a los inconversos, se necesita desarrollar una página sobre un tema de interés general: que hable de los deportes, la cocina, o la salud de la mujer, etc. El tema va a atraer a la gente, pero usted puede poner en el sitio artículos relacionados con el tema, con un punto de vista religioso. Por ejemplo: el testimonio de un atleta, una receta para la felicidad, o como Dios puede resolver la depresión en la mujer. Este es un ministerio evangelístico no tanto para predicadores, sino para escritores, que tiene gran potencial y apenas se está conociendo.
Misionero: El misionero viaja al pueblo enseguida o hasta los fines del mundo cumpliendo la gran comisión del Señor de predicar el evangelio a todos. Muchos se dedican a establecer nuevas iglesias, como lo hizo el Apóstol Pablo. Es el ministerio evangelístico que deja una obra tangible que puede durar muchos años como una institución.
El ministerio evangelístico tiene pocas limitaciones y hay bastantes oportunidades de desarrollar su ministerio como Dios le da de entender. Es un ministerio para personas flexibles, “barro en las manos del alfarero,” para tocar toda la iglesia y alcanzar a muchos para Cristo. Que Dios le bendiga en su nuevo ministerio.
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