Texto: Lucas 10:38-42
Oyentes: Mujeres
Propósito: Darle el primer lugar a Dios,
rindiendo nuestro corazón a Cristo en adoración.
INTRODUCCIÓN:
¿Qué es adoración? Es desmontar el ego y
permitir que Dios haga su voluntad en mí.
¿Desmontar el ego? Es cuando, yo me
presento delante de Dios sin máscaras, con transparencia, mostrando mi
verdadero yo delante de Dios, permitiendo que Él pueda entrar y obrar en mi
corazón.
Teniendo claro que es la adoración, es
bueno entender y comprender que nuestra
adoración complace a Dios, porque además dice su palabra que Él nos formó para
alabarle y adorarle. Isaías 43:7
La intimidad sincera es en privado,
debemos reverenciar los momentos que tenemos con Dios.
Pregunto: ¿hace cuánto no adoras a Dios
con un corazón sincero?
Vaya conmigo a San Lucas 10:38-42 (leer
texto)
Aquí vemos dos mujeres, ambas con una
misma cualidad amaban a Dios profundamente, pero ¿qué pasaba con su adoración?
- Que cosas están impidiendo que rindamos nuestro
corazón a Cristo:
Martha era una mujer que al igual que María amaba a Dios,
pero había cosas en su vida que le impedían postrarse ante Dios y adorarlo.
El Vr. 40-41 menciona la palabra preocupada o en otras versiones dice atareada, esto significa muy ocupada o que tiene mucho trabajo.
¿Estás muy ocupada o
tienes mucho trabajo?
Con seguridad si, la rutina del diario vivir, la familia,
el trabajo, el estudio, los quehaceres de la casa, los amigos, la TV, entre
otras… todas estas situaciones hacen que vivamos ocupadas todo el tiempo y que
el día se nos pase y no alcancemos hacer muchas cosas entre esas tener
intimidad con Dios, y lo más delicado es que es como una bola de nieve que nos
envuelve y no nos damos cuenta que hemos perdido esa hermosa relación con
nuestro Creador y todo esto conlleva a que hayan cargas muy pesadas en nuestra
vida, ya que los problemas no los sabemos solucionar, las dificultades llegan y
nos empezamos a ahogar en ellas (las enfermedades, conflictos familiares,
laborales, económicos, etc.) en fin cantidades de situaciones que se nos
presentan en el día tras día y lo más triste es que no hacemos nada o que
creemos estar bien o hacer las cosas bien pero no es así, porque no rendimos
nuestro corazón a Él y creemos que en nuestras fuerzas lo podemos hacer.
- Consecuencias que hay al tener un
corazón cargado y poco lleno de Dios:
a) Hay crítica (vr. 40): le echamos la culpa a todos, porque creemos que somos
nosotras las que tenemos la razón, no mirando lo que hay en nuestro corazón
(quizás rabia, dolor, amargura, cansancio…)
b) Hay afán (vr. 41):
significa agotamiento, fatigarse, espiritualmente estamos cansadas, no queremos
más, todo nos fastidia, nos molesta.
c) Turbada (vr.41): significa estar confusa, aturdida (trastornada), es un
estado que impide ver, escuchar, hablar o pensar con normalidad.
Y ¿Ahora qué? ¿Cuál es la solución? Rendir nuestro
corazón a Cristo.
- Cómo rindo mi corazón a Cristo:
a)
Sentándonos a los pies de Jesús (vr. 39):
María indiscutiblemente hizo todo lo contrario a lo que
hizo Martha, posiblemente ella también tenía preocupaciones, dificultades o
tenía mucho que hacer, pero sin importarle nada más tomó la decisión de
sentarse a los pies de Jesús, esto significa sumisión a Él, disposición a
servirle y escucharle y sobre todo una disposición a obedecerle.
b)
Oír la Palabra de Dios (vr.39): dice la Escritura que María oía lo que Jesús estaba
diciendo, oír significa Disponernos,
honrar, respeto, darle importancia a lo que se
está diciendo, eso fue lo que hizo María, ahora eso mismo es lo que Dios
quiere que tú y yo hagamos.
- Resultados de rendir mi corazón a
Cristo:
Dios siempre estará ahí para defendernos (vr. 40-42),
Martha acusó a María con Jesús, la criticó… pero María no moduló palabra
alguna, ¿quién lo hizo? Jesús, Él la defendió, y eso mismo que hizo con María
lo hará con nosotras nos defenderá de las acusaciones, de las críticas, de las
humillaciones, de los problemas, Él nos sacará en victoria porque Él pelea la batalla por nosotras y lo
único que tenemos que hacer es postrarnos y rendirnos ante él.
Conclusión:
Hoy es un día para postrarnos delante de
Dios, adorarlo, presentarnos sin máscaras delante de Dios, Él quiere que le
adoremos, Él sabe nuestras dificultades, nuestras necesidades, nuestros
problemas, Él conoce tus cargas y sabe que ya no quieres más, que estás
desanimada, que anhelas algo diferente pero que te has dejado envolver o
distraer por los afanes, pero hoy haz hecho como María, haz escogido la mejor
parte la cual no te será quitada.
¿Quieres postrarte y rendir tu corazón a
Dios?
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